Hermanas de la compañía de la cruz

… «Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora y busca mi presencia y se convierte de sus malos caminos, yo mismo oiré desde el cielo y perdonaré sus pecados…» (2 Crón. 7:14) – «Verás que en la oración encontrarás más conocimiento, más luz, más fuerza, más gracia y virtud de lo que podrías conseguir leyendo muchos libros, o con grandes estudios. No consideres nunca como perdido el tiempo que dedicas a la oración. Descubrirás que en la oración Dios te comunica la luz, la fuerza y la gracia que necesitas…» (Sor Lucía dos Santos)

Fiesta de santa ángela de la cruz

Santa Ángela de la Cruz (1846-1932) fundó el Instituto de las Hermanas de la Compañía de la Cruz en Sevilla, España, y había establecido más de 20 conventos en el momento de su muerte. Conocida por su humildad, la Madre Ángela, como la llamaban, llevó una vida de oración contemplativa y de servicio directo a los pobres. Sin embargo, esto no quiere decir que el camino hacia la santidad fuera fácil para ella.
Ferviente devota del rosario desde muy joven, Santa Ángela pidió entrar en las Carmelitas Descalzas cuando tenía 19 años. Después de que se le denegara la admisión por su mala salud, comenzó a atender a los indigentes enfermos de cólera durante una epidemia, por sugerencia de su director espiritual, el padre José Torres Padilla.
Tres años más tarde, volvió a intentar entrar en la vida religiosa. Se dirigió a las Hijas de la Caridad de Sevilla y fue admitida, aunque su salud seguía siendo precaria. A pesar de los esfuerzos de las hermanas por ayudarla a mejorar, su estado seguía siendo frágil y dejó la orden durante su noviciado.
Convencida de que Dios tenía un plan para su vida, el 1 de noviembre de 1871 hizo voto privado de vivir los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia. En 1873, Santa Ángela recibió su misión. Durante la oración, vio una cruz vacía frente a la cruz de Jesús. Cuenta que enseguida comprendió que Dios le pedía que se uniera a él en la cruz y que, por tanto, fuera «pobre con los pobres para llevarlos a Cristo». Dos años después, se le unieron otras tres mujeres y la comunidad tuvo su nacimiento.

Oración de santa ángela de la cruz

Ángela de la Cruz Guerrero y González (en español: Ángela de la Cruz o María de los Ángeles Guerrero González; 30 de enero de 1846 – 2 de marzo de 1932),[2] fue una religiosa española y fundadora de las Hermanas de la Compañía de la Cruz,[3] un instituto religioso católico romano dedicado a ayudar a los pobres abandonados y a los enfermos sin nadie que los cuide. Fue canonizada en 2003 por el Papa Juan Pablo II[4].
Su familia era humilde. Su padre, Francisco Guerrero, era un cardador de lana de Grazalema que se había trasladado a Sevilla. Su madre, Josefa González, era sevillana, hija de padres nacidos en Arahal y Zafra. Era una de las 14 hijas, de las que sólo seis llegaron a la edad adulta.
Los padres de Guerrero trabajaban en un convento de frailes trinitarios en Sevilla, su padre como cocinero y su madre como lavandera y costurera. Su escolaridad fue limitada, como era típico de las jóvenes de esa clase social en aquella época. Hizo la primera comunión a los ocho años y la confirmación a los nueve. A los 12 años entró a trabajar en un taller de reparación de zapatos para ayudar a los ingresos familiares, y permaneció allí casi continuamente hasta los 29 años.

Santa catalina

Ángela de la Cruz Guerrero y González (en español: Ángela de la Cruz o María de los Ángeles Guerrero González; 30 de enero de 1846 – 2 de marzo de 1932),[2] fue una religiosa española y fundadora de las Hermanas de la Compañía de la Cruz,[3] un instituto religioso católico romano dedicado a ayudar a los pobres abandonados y a los enfermos sin nadie que los cuide. Fue canonizada en 2003 por el Papa Juan Pablo II[4].
Su familia era humilde. Su padre, Francisco Guerrero, era un cardador de lana de Grazalema que se había trasladado a Sevilla. Su madre, Josefa González, era sevillana, hija de padres nacidos en Arahal y Zafra. Era una de las 14 hijas, de las que sólo seis llegaron a la edad adulta.
Los padres de Guerrero trabajaban en un convento de frailes trinitarios en Sevilla, su padre como cocinero y su madre como lavandera y costurera. Su escolaridad fue limitada, como era típico de las jóvenes de esa clase social en aquella época. Hizo la primera comunión a los ocho años y la confirmación a los nueve. A los 12 años entró a trabajar en un taller de reparación de zapatos para ayudar a los ingresos familiares, y permaneció allí casi continuamente hasta los 29 años.